domingo, 30 de marzo de 2008

naranjas de la china

Última noche y mi casa está vacía, vacía de cosas y de gente. Me mudo.
Al alargar mi mano hacia el frutero pude oir cómo contenían la respiración, agarré la primera mandarina que había y el resto de la fruta estalló en caracajadas al ver mi cara cuando leí la pegatinita que llevaba pegada la muy insolente...



lo dicho, Gran verdad existencial nº1396: las mandarinas fuera de temporada tienen un sentido del humor francamente desagradable.

2 comentarios:

Rubia dijo...

Pero... si te vas a una casa llena de gente!!!!!!!!

Y ahora estamos más cerca.

¿Cuándo quedamos?

Anónimo dijo...

Espero que no te vayas muy lejos. Y si así es que sea más cerca del Sur.